En el primer acercamiento a los mercados financieros de Juan Ignacio Bais, co-fundador de TradeSpark junto a Nicolás Lino, tuvo bastante que ver el azar. Algo que les sucede a menudo a quienes se dejan sorprender por su propio destino.
“Me acuerdo muy bien de esa mañana. Estaba trabajando en el Hospital Italiano de Buenos Aires, en el desarrollo de la historia clínica electrónica, y recibí por mail una oferta laboral de una consultora que le daba servicios a CME Group, el Chicago Mercantile Exchange, uno de los mercados de commodities y derivados más grandes del mundo. Pero debo admitir que, en ese momento, no sabía en profundidad qué era exactamente CME”, relata.
Nacido en Olavarría en 1987, en el año 2000 Juan Ignacio tuvo su primera computadora. “Pasaba mucho tiempo jugando; instalando y desinstalando cosas. Me resultaba interesante, y quería hacer más”, rememora. En los últimos años del secundario, supo que en Tandil, a 100 kilómetros de su ciudad natal, existía la carrera de Ingeniería de Sistemas. Se anotó, y en 2012 obtuvo su título.
“Nunca me arrepentí de estudiar lo que elegí: es algo que me apasiona. Una de las cosas que más me gustan es que programar es como un lenguaje universal: diseñar sistemas, e inclusive programarlos y probarlos, es algo que uno puede hacer desde cualquier parte del mundo y a la hora que sea”, describe. “Diseñar un software, y verlo después andando, es algo que a mí, al menos, me produce satisfacción”, agrega.
Tras finalizar su carrera universitaria, trabajó en la misma ciudad de Tandil en Globant, y en 2013 se vino a probar suerte a Buenos Aires.
La génesis de TradeSpark, un emprendimiento propio

Ya instalado en Buenos Aires, en 2013, Bais trabajó apenas unos meses en el Hospital Italiano, hasta que aceptó la oferta de CME Group, y se integró a un equipo que se encargó del desarrollo de los sistemas de distribución de market data en tiempo real del mercado.
“Me encantó el dominio del negocio –reflexiona- porque eran sistemas de alta disponibilidad, baja latencia y bien precisos: todos los días, los mercados tienen que funcionar correctamente, procesar las órdenes y propagar la información que allí se genera, de manera casi instantánea y a todos sus clientes”.
En 2016, hizo su pase a Primary, la empresa tecnológica de Grupo Rofex, donde conoció a Nicolás Lino, con quien fundaría más adelante TradeSpark. “Nos sentábamos espalda con espalda”, recuerda ahora.
Juntos, colaboraron en el diseño y el desarrollo de la plataforma electrónica de negociación del mercado local de futuros y opciones. “Era todo un desafío, porque no era solo la propagación de la market data, sino que también incluía la ejecución de órdenes y la integración con otros mercados. Era fantástico verla todos los días funcionando”, añade.
En ese momento, con Nicolás notaron que había un déficit en la ejecución de algoritmos. “Empezamos a charlar, y una idea fue llevando a la otra: pasamos de la idea de tener un algoritmo corriendo a pensar en una plataforma para ejecutar algoritmos”, explica Juan Ignacio.
En mayo de 2017, viajaron juntos a Estados Unidos al Trading Show de Chicago, un evento de tecnología y mercados, y notaron que se hablaba “muchísimo” -enfatiza Bais- de algoritmos. “Volvimos muy motivados de hacer algo acá en Argentina”, completa.
Durante años, se juntaron en horarios extra-laborales a programar y desarrollar una plataforma, que decidieron llamar ArQuants, hasta obtener un MVP. “Ahí comenzamos a hacer una recorrida comercial entre interesados”, señala Juan Ignacio.
En agosto de 2018 tuvieron un primer cliente, “y salimos a producción”, sintetiza. Con Nicolás, crearon entonces una empresa: TradeSpark, dentro de la cual convive, junto a otros proyectos, la plataforma de trading automatizado ArQuants.





Presente y futuro
Aunque Bais y Lino se encargan hoy del corazón del negocio, a mediados del año pasado sumaron a Emilio Martinoia, ingeniero industrial, y a Juan Nihoul, también ingeniero industrial con un Máster en Project Management, que vive en Barcelona, España. “Actualmente estamos en una etapa de transformación, en la que nuestro emprendimiento se encuentra definiéndose como una organización”, indica Juan Ignacio.
Si bien el principal aporte a la empresa es su formación en sistemas y su experiencia en el mercado de capitales, confiesa que con la maduración del emprendimiento, se tuvo que formar en otras áreas, como la gestión operativa, la generación de nuevos negocios y la definición de la estrategia de la organización.
Pero lo más importante y que más impacto tiene en la empresa es su pasión por los desafíos y la sensación de poder lograr lo que se proponen todos los miembros de TradeSpark mediante el trabajo en equipo, uno de los pilares básicos de una cultura organizacional que no descuida, sin embargo, la particularidad de cada uno de sus integrantes.
A mediano plazo, Juan Ignacio imagina a TradeSpark “consolidado en Argentina y operando en países de la región; y a ArQuants siendo la plataforma de referencia para la ejecución de trading algorítmico en nuestro país. Creo que nuestros clientes van a ir adquiriendo cada vez más experiencia en la generación de ideas de trading que se puedan transformar en algoritmos y ejecutarse en ArQuants”, describe.
Lo anterior – según Bais- tendrá un impacto positivo en los mercados, al generar mayor volumen y proveer liquidez. Además, “veo a TradeSpark cumpliendo principalmente el rol de impulsor del trading algorítmico, al compartir con los mercados de la región y con sus participantes el know how que fuimos generando a través de la operatoria en Argentina en los últimos años. La combinación de proveer la parte tecnológica y la experiencia plantea un camino claro y dinámico para la adopción del trading algorítmico”, concluye.
